Despúes de muchas actividades por fin puede asistir a la visita a Inen, en esta oportunidad no fui con mi grupo completo ya que no nos tocaba pero como Tipis y yo no pudimos en esa ocasión fue nuestro turno.
Depués de toda la actividad puedo decir que fue por completo diferente a todas las experiencias que había tenido antes ya que me dió una perspectiva diferente sobre lo que significa vivir con una enfermedad tan difícil como lo es el cáncer. Considero que esta actividad fue bastante exitosa ya que al tener el tema pudimos organizarnos bien y cada uno contribuyó mandando el material corrrespondiente de la temática de los pregones: el lechero y la mazamorrera.
Además esta visita fue diferente a las demás ya que tuve que enfrentar situaciones que nunca antes había tenido que pasar. Al estar en la sala más pequeña tuve también contacto con menos niños, en realidad solo eran 3 y dos no tenían muchas ganas de hacer algo y al final me quedé con un niño llamado Dylan. Compartí un momento agradable con él y traté de que se divirtiera a pesar de lo cansada que estaba así que puedo decir que di lo mejor de mi. Sin embargo, lo difícil fue que una enfermera venia constantemente a administrar las medicinas y medicamentos por lo que Dylan y los demás niños lloraban mucho y sentía que no podía hacer nada por ellos. En un momento un niño se paró y comenzó orinar delante de todos, todos nos asustamos y cuando su mamá regreso le gritó y se molestó con él. Eso me hizo pensar en que el no poder controlar siempre esta clase de cosas debe ser difícil. Por otro lado, esto me permitió entablar una conversación con la mamá de Dylan y me contó todas las situaciones que hay que pasar cuando tu hijo tiene cáncer. Después de todo lo que me contó me di cuenta de que hay cosas mas complicadas de lo que parecen.