Mi primera visita oficial
Esta fue la última visita que tuvo mi grupo a Inen en el bimestre. Además fue la primera vez que fuimos todos juntos y nos organizamos con el tema del día: la cordillera de los andes. Nuestra organización en un inicio no fue muy buena, al parecer Jorge y Tipis se habían reunido sin Lucia y yo, lo que nos molestó un poco. Al final nos dimos cuenta que no tenia sentido y cada uno iba llevar lo suyo. Llevamos hojas para colorear, crucigramas y hojas de colores para pegar sobre imágenes.
En esta visita fuimos con Sergio y era la primera vez que íbamos así que tuvimos que mostrarle que era lo que se hacia y como iba a ser. Al entrar a la sala con Lucia vimos que no habían muchos niños despiertos o con ganas de jugar o dibujar. Ella se fue con Matias y yo me acerque a una niña muy pequeña llamada Sofia. Recién tenia un año y no sabia ni pintar ni cortar así que no podría hacer ninguna de las actividades que habíamos llevado. Tenia una muñeca así que pase el tiempo jugando con ella. Me puse a pensar es que podía hacer y la otra voluntaria Claudia trajo esos ladrillos para construir, Sofia jugó un rato con ellos. Algo que me sorprendió de este día es conocer a la hermana de Sofia que también había venido con ella además de su mamá. Ella era ciega y me quede un rato admirando como armaba los grandes compecabezas, al final me di cuenta que tenia como una una técnica para hacerlo, tocaba son sus dedos el borde de las piezas. Supongo que tenía el sentido del tacto y de la vista bien desarrollados, me pareció impresionante como podía hacerlo cuando yo pudiendo ver la imagen tardo más tiempo.
En esta visita aprendí que los niños tienen diversas necesidades y que cada uno tiene algo que le gusta hacer algo diferente. También la importancia de planear las actividades con tiempo porque nos niños no merecen que hagamos algo improvisado. Creo que es importante que vayamos superando las dificultades siempre que se presenten, cada uno tuvo que solucionar problemas diferentes. Esta visita también me sirvió para valorar un poco más mi salud. En Frieda Heller los niños están más alegres y en ocasiones me comentaban cuando iban al Inen para su quimioterapia pero nunca me imagine como era. Este viernes aprendí un poco más sobre lo difícil que es para los niños que viven con cáncer, en especial para sus padres que en muchos casos vienen de provincias y tienen que quedarse en albergues.
Orleans Merino Valer | 14 de octubre de 2015, 9:43
Muy bien!!!